miércoles, 30 de diciembre de 2009

Cap. 2 | Dando calabazas.

Pasamos toda la tarde charlando animádamente en la Plaza, riendo y bebiendo Red Bull. Por la noche, sobre las ocho la gente se empezó a ir y aquí fue con Juli volvió a la carga.

- Bueno, Ana... - dijo sentándose a mi lado en el banco.
- Ese es mi nombre, intenta no malgastarlo - vacilé.
- ¿Qué haces esta noche? - pasó por completo de mi y fue a lo que iba.
- Cenar y dormir.
- Y.. ¿no te apetece ir a tomar una copa?
- Ir a tomar una copa sí, soportarte el resto del día, no. - sabía de que palo iba y no pensaba dejarme manejar por un tío asi.
- Oh venga.. se que en el fondo lo deseas - arqueó una ceja.
- ¿El qué?, ¿pasar más tiempo con un salido como tú? No, gracias.
- En fin... tú te lo pierdes preciosa. - se levantó mosqueado y se fue a darle el coñazo a la primera piva que pillo libre del grupo.

Yo me acerqué a Mai y me senté en el suelo a su lado.
- ¿Quieres? - me ofreció un poco de su bebida.
- Gracias - cogí la lata y me la llevé a la boca.
- Madre mía, Ana, no pensé que le fueras a dar esa contestación a Juli - me dijo lo suficiente bajo como para que solo yo lo oyera.
- Si bueno, han cambiado muchas cosas entre nosotros - espeté.
- Lo se pero conociendote como lo hago me ha...
- ¿Podríamos hablar de otra cosa? no creo que este tema sea el mejor - le corté.
- Claro... como quieras.
- ¿Qué haceis mañana? - dije por decir mientras buscaba un mechero en mi bolsillo - ¿Tienes alguno fuego?
- Toma - me tendió Fátima, - pues no lo se, la verdad, no hemos quedado en nada.
- Gracias, pues podríamos ir a la playa, ¿alguien viene? - pregunté mientras encendía el cigarro.
- Yo puede que vaya, no prometo nada - dijo una chica a la cual ni si quiera conocia.
- Pues yo no faltare - dijo alguien por detrás mio.
- Yo me apunto - dijo Masa, el chaval que me picaba desde un tiempo atrás.
- Queda dicho, mañana a las dos y media, donde siempre, ¿todos de acuerdo? - escuché algunas afirmaciones y otros se limitaron a asentir con la cabeza.

Masa era un tipo alto, con pelo largo, castaño y ojos marrones profundos. Tenía fama de tratar a las tías como trapos pero la verdad conmigo era mejor amigo cada día. El típico chico dulce que siempre se preocupa por como estas en cada momento.

Un rato más tarde me despedí de mis amigos y eché a andar dirección mi casa, estaba cansada, era temprano... solo las nueve y veinticinco pero estaba echa polvo después de todo el día pegando bandazos por la calle.

-¿Qué has estado haciendo? - ni me saludó cuando entre por la puerta y ya empezó con su interrogatorio, madres...
- Pues nada, dando una vuelta por plaza y haciendo el langosta, ya sabes.
- ¿Quieres cenar? - preguntó mientras se levantaba y dirigía a la cocina.
- No gracias, no tengo hambre suficiente.

Subí a mi cuarto y me puse a escuchar música mientras me comía el resto del paquete de patatas que había dejado la noche anterior en la mesa. Me quedé dormida.
A la mañana siguiente me levanté temprano, no tenía ganas de andar dando vueltas en la cama pansando calor así que bajé al salón sin hacer ruido ya que mis padres y Álvaro todavía dormían y me senté en el sofá a ver la tele. Estaba medio dormida cuando de repente sonó mi móvil.
En la pantalla se escribia un nombre, me puso nerviosa al leerlo.. ¿lo cojo? ¿que querrá?



*NOTA:
Capitulo mega-corto, pero es que no tengo tiempo, lo siento!

<3

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