martes, 29 de diciembre de 2009

Cap. 1 | No volvemos a ver.

Esa mañana me levanté con el pié derecho, o eso pensaba yo.
Había un cielo azul despejado, una ligera brisa y el típico calor de finales de julio que tanto me gustaba. Bajé las escaleras hasta la cocina dando brincos.

- ¡Mira, un ogro! - me "saludó" mi hermano Álvaro de siete años.
- Buenos días a ti también, mocoso - le dije mientras cogía un tazón y lo llenaba de leche.
- ¿Qué piensas hacer hoy, Ana? - preguntó mi madre desde el salón.
- Pues no se - me metí una cucharada de cereales - fshupongoh que ifré a dar ufa vfuelta - intenté decir con la boca llena.
- Pues cuidado con lo que haces... - casi no se había enterado de lo que dije, pero da igual... ella siempre decía lo mismo.

Cuando acabé de desayunar subí de nuevo para ponerme algo de ropa. ¿Unos vaqueros? Esto bastaba.

- Adiós - cogí mi móvil, dinero y las llaves.
Cerré la puerta tras de mi.

Mientras caminaba por las ruidosas calles de la cuidad miré la hora en el móvil; las doce y veinte. Supuse que parte de mis amigos estarían por la Plaza de la Victoria, dónde siempre nos juntábamos por lo que caminé en dirección a ella mientras escuchaba música en el iPod, la plaza no estaba muy lejos por lo que no me hizo falta coger le metro. Cuando llegué había varios grupos de chavales de catorce, quince años, y un poco más al fondo podía ver gente de mi edad a la cual conocía (diecisiete cumplidos el mes anterior) y a la que me acerqué para saludar y ver si podía acoplarme con ellos.

- ¡Hola!
- Buenos días por la mañanaaaaa - saludé a la grupo que había allí.
- Hombre, Ana, ¿qué haces tú aqui? - preguntó Julián.
- Julián.. cuanto sin vernos, ¿no? - me asombré de verle.
- Si.. demasiado. - me miró con ojos ambiciosos.
- Ya, claro... - Julián y yo nos habíamos estado saliendo un tiempo pero le dejé porque pasaba de sus movidas, aunque.. el tío estaba para follárselo, las cosas claras.

- ¡Ana! - chilló alguien desde detrás mio.
- Maaaai ! - Mai era mi mejor amiga desde... desde que tengo memoria.
- ¿Pero.. tú no estabas castigada?
- Eh, si bueno.. - días atrás me había inventado esa excusa para no tener que soportar a su hermana ya que me pidió que hiciera de su niñera.
- Bueno, no importa - rió - ¿qué tal?
- Pues nada aquí, viendo si me puedo acoplar a pasar el rato.
- Claro tía, tú como en tu casa.

Estuvimos por allí un rato y después fuimos al burger a comer algo, llamé a casa para avisar de que volvería tarde.
Julián no paró de mirarme en toda la tarde y cada vez que tenía oportunidad se acercaba a mi para hablar de alguna tontería, pero no tenía escapatoria de él ya que Mai estaba con su novio y el resto cada uno a su bola por lo que tuve que soportarle un buen rato.

- Mírale el lado bueno, Ana, al menos te alegras la vista - pensé para mis adentros.

Cuando salimos de comer fuimos a dar una vuelta por el centro de la ciudad, tiempo en el cual no paré de hablar con Julián, quien por cierto me dijo que le llamara Juli. La verdad, no era tan mal tipo como pensaba, o eso creía yo.


*NOTA:

Ya se que es corto, pero es que prefiero hacer muchos y cortos que pocos y largos. Pronto subiré más.

MUCHAS GRACIAS (L)




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